lunes, 31 de marzo de 2014

INVESTIDURA COMO ACADÉMICO DE NÚMERO AL ILMO. SR. PROF. DR. D. JOSÉ RODRÍGUEZ MOLINA

José Rodríguez Molina ingresa en la Academia de la Historia

El acto de ingreso como miembro de número del profesor José Rodríguez Molina en la Academia Andaluza de la Historia se celebró en el auditorio del Hospital de Santiago. El granadino mostró ante los presentes su conocimiento.

El emotivo acto estaba justificado por la especial relación que el Doctor Rodríguez Molina mantiene con Úbeda y concretamente con el Archivo Histórico Municipal. Fue una jornada en la que estuvo acompañado de miembros de la Academia, familiares y amigos. Pronunció su discurso de ingreso centrado en los hallazgos documentales del Archivo Histórico Municipal. Precisamente su actividad en la ciudad de los Cerros dio lugar a la publicación de la monumental “Colección Documental del Archivo Municipal de Úbeda”, en la que transcribió difundió más de quinientos documentos datados entre los siglos XIII y XVI. En uno de ellos encontró lo que calificó como “el más esclarecedor, conocido hasta el momento, sobre el síndi-                co-personero”. Se trataba de una pesquisa ordenada en Úbeda por Juan II en 1439, sobre el portavoz y defensor, aún poco estudiado, de la comunidad ciudadana nacido en los antiguos concejos abiertos como representante de la asamblea municipal convocada a campana repicada. 
La documentación que habla sobre el personero es “escasa, fragmentaria y, a menudo, confusa”. Según el profesor, se trataría del equivalente del Defensor del Pueblo actual. Por ello, el erudito granadino centró su discurso en esta institución esencial en la organización de los concejos medievales de Andalucía, bajo el título “El defensor de la comunidad en el Archivo de Úbeda”. En su intervención desgranó todos los aspectos de este personaje. Además, la encargada de contestar en el acto de ingreso fue la doctora Gloria Lora Serrano, catedrática de la Universidad de Sevilla y miembro de número y censor de la misma academia.

Ana M. García, integrante de la plataforma Overa Viva, estuvo presente en el acto de investidura. " fFue para mi un honor poder acompañar y compartir junto a Pepe y su familia  tan merecido y emotivo acto, donde una vez más, demostró  su talante profesional durante la defensa que hizo de El personero".-afirmó García.

jueves, 27 de marzo de 2014

EL CAMALEÓN COMÚN EN OVERA. Por José Luis Molina Pardo


El camaleón común (Chamaeleo chamaeleon).

Camaleón Común en Almeria. Foto: Juan Fco.
 "El camaleón común es uno de los animales más singulares y atractivos que podemos encontrar en nuestra geografía. Una especie además beneficiosa para nuestros cultivos, algo ya conocido antaño por muchos agricultores que los mantenían a conciencia en sus viñedos para que se alimentaran de las avispas que allí acudían "

    Dentro de nuestra fauna uno de los grupos que menos aceptación ha tenido por el ser humano, ha sido sin lugar a dudas el de los reptiles. Desde siempre han sido considerados como animales dañinos y perjudiciales para la sociedad. Como consecuencia de esa relación con el hombre, un sinfín de leyendas inundan nuestra cultura popular. En Overa, no estamos exentos de ejemplos este tipo, no debemos olvidar los relatos que contaban nuestros mayores sobre la apetencia que sentían algunas serpientes por las madres lactantes o como las salamanquesas eran capaces de dejar calva a una persona. Debemos aclarar que todas estas creencias no son ciertas y que las serpientes no se alimentan ni mucho menos de leche, ni la saliva de una salamanquesa tiene ninguna sustancia capaz de producir alopecia en el ser humano. Paradójicamente dentro de los reptiles existen excepciones, y hay algunas especies que han fascinado y despertado simpatía por parte del hombre, una de ellas el camaleón común.

     ¿Es verdad que hay camaleones en Almería? ¿Los que encontramos son simplemente ejemplares escapados de cautividad?
El origen del camaleón,sabemos que esta fuera de nuestras fronteras y que en nuestra provincia fue introducido en los años sesenta.Pero sí, existen actualmente poblaciones en Almería.
En España, se considera una especie “naturalizada”, es decir, que aunque su presencia no habría sido posible sin la ayuda del hombre, lleva muchos años entre nosotros y la podemos considerar como parte de nuestra fauna.  El caso del camaleón no es un caso aislado, esto ocurre con otras muchas especies, como la gineta o la tortuga mora. No conocemos a ciencia cierta si fue introducido por los árabes o por los fenicios, pero se considera que fue por una de estas culturas, entre otros motivos,  por la ausencia de registro fósil anterior a épocas en las que ya era posible el transito marítimo por el estrecho de Gibraltar.


Los atropellos unos de los peligros más grandes.Foto:José Luis Molina Pardo y Miguel Angel Dionisio Fernández

¿Ahora bien, porqué traer al camaleón a nuestra tierra?
     El camaleón por su morfología y sus fascinantes cambios de color, ha sido considerado por muchas culturas como una especie totémica, siendo venerada y creándose un ambiente de misticismo entorno a ella.
Uno de estos casos, lo encontramos en la cultura árabe, donde era considerada una especie con poderes sobrenaturales, gozando del poder de ahuyentar a las enfermedades. Como consecuencia de estas creencias, era normal que las familias tuvieran dentro de sus casas camaleones. Evidentemente, el camaleón no deja de ser un reptil y no posee poderes sobrenaturales, pero existe sensatez en estos pensamientos. En la actualidad, todos sabemos que muchas enfermedades son transmitidas por los insectos (considerados vectores) y que estos a su vez son presas habituales del camaleón así que, para sorpresa de aquella época, en casas en las que había camaleones, no enfermaba la gente. Conociendo esta afinidad por la especie, no es de extrañar que algunos navegantes trajeran a Europa del continente vecino a estos nuevos inquilinos.

 ¿Cómo ha conseguido sobrevivir entre nosotros?
      La causa de su existencia hoy en día, se debe a que  en nuestras latitudes disfrutamos de un clima favorable para la especie. Además, se adapta muy bien a diferentes entornos, presenta una alta fecundidad y tiene pocos enemigos naturales. 

Descripción de la especies.
     El camaleón es un reptil arborícola, carácter que podemos descubrir atendiendo a su morfología y a las adaptaciones que posee para vivir en este medio.
Cuando examinamos un camaleón, lo primero que nos llama la atención es su robusta cabeza, la cual confiere al animal un aspecto primitivo. En ella destacan sus enormes ojos, que contrariamente al resto de reptiles son móviles y con el valor añadido de que puede moverlos de forma independiente.
Uno de sus rasgos más característicos, es que posee una lengua pegajosa con un tamaño similar a la longitud de su cuerpo, terminada en forma de maza y que es proyectada para  capturar a sus presas.
Sus dedos están fusionados en dos grupos enfrentados, convirtiendo sus patas en verdaderas pinzas con las que consigue desplazarse con destreza por árboles y arbustos.
Su cola es prensil y es utilizada como una quinta extremidad. Ésta, al contrario que en otros reptiles como las lagartijas, no presenta autotomía es decir, no es capaz de liberarla de forma voluntaria para evitar ser depredado.

 

El cambio de color.
       Como sabemos, lo más conocido del camaleón es su capacidad de efectuar cambios rápidos de color. Esto lo consigue gracias a un tipo de células especializadas presentes en su piel denominados cromatóforos. 
Solemos pensar que estas variaciones cromáticas son utilizadas por el camaleón únicamente para camuflarse, pero se ha demostrado que tiene mucha más importancia su estado de salud, las relaciones sociales o sus requerimientos térmicos.
El estudio y censado del camaleón es muy importante para su futuro. Foto: M.A. Dionisio
  Igualmente, relacionado con el color encontramos muchos relatos sobre camaleones que se sitúan sobre una superficie roja y mueren, o ejemplares venenosos que al acercarnos hacen patentes unos puntos negros por todo su cuerpo. Obviamente, ambas afirmaciones son erróneas. El color rojo no les afecta negativamente, aunque les es imposible adquirirlo según algunos autores. Y por supuesto, es una especie inofensiva y ese punteado expresa únicamente que el animal se siente estresado.
Una gran iniciativa la de realizar un censo de Camaleones en Almeria. Foto: Juan Fco. López
 Amenazas
En los últimos años ha habido una expansión de la especie en nuestra provincia, pero siguen siendo importantes sus amenazas. Las principales a las que se enfrenta el camaleón en Almería son: la destrucción de su hábitat, la depredación por animales domésticos (perros y gatos esencialmente), los atropellos y la captura y mantenimiento ilegal en cautividad.
Debemos recordar, que el camaleón común es una especie protegida y que no está permitido capturar camaleones (Chamaleo chamaeleon)ni tenerlos en nuestras casas, algo que está sancionado por la ley con multas que llegan a los 500 euros. No menos importante es mencionar, que un camaleón común es una especie silvestre, no un animal doméstico y por razones como la imposibilidad de aportarle una alimentación adecuada o sus requerimientos térmicos, nos guste o no, un camaleón en  cautividad está condenado a muerte.


Cartel es de la Asociciacon SERBAL. Autor Javier Gállego

El camaleón y Overa.
Desde la asociación SERBAL (Sociedad para el Estudio y la Recuperación de la Biodiversidad Almeriense) hemos realizado un estudio sobre la el camaleón en Almería. Hemos censado, estimado densidades en las distintas poblaciones, actualizado su distribución y detectado sus principales amenazas.
En nuestro trabajo, hemos localizado a la especie en nuevos enclaves de la provincia, normalmente en zonas cercanas al litoral.
En Overa, yo estaba al tanto de que antiguamente se efectuó una suelta, concretamente en los llanos de San Miguel, pero al no tener noticias de esta población y no ser una zona, a priori buena, la consideramos extinta. Para mi sorpresa, y gracias a un vecino de Los Menas que ha colaborado con nosotros en este trabajo, Ginés Miguel, sabemos que el camaleón está actualmente presente en Overa. 
Camaleón en una higuera. Foto: Juan Fco. López

Tenemos tres citas de presencia, uno de los ejemplares atropellado. Algo que como hemos indicado antes es, desafortunadamente, muy frecuente en la especie.
Aunque se debe estudiar su situación en Overa, y no conocemos si existe una población establecida o se trata simplemente de ejemplares dispersos, tenemos la suerte de contar con el camaleón en nuestra tierra. Una especie inofensiva y beneficiosa en nuestros cultivos, algo que ya conocían antiguamente muchos agricultores que los mantenían en sus viñedos para que se alimentasen de las avispas que allí acudían.
Debemos cuidar de lo que es nuestro, de nuestra biodiversidad y de nuestro patrimonio natural. El camaleón común es una de las especies más singulares y atractivas que podemos encontrar en nuestra geografía. Tiene que vivir en libertad, podemos disfrutar viéndolo en el campo, dejarlo allí tranquilo y volver a verlo cuando queramos. 

PULSA PARA VER ESTOS PRECIOSOS VÍDEOS SOBRE EL CAMALEÓN:

http://youtu.be/aAWOoJ1qZkw

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=mnawmqPLtWU




 Enlaces recomendados:

Para conocer más sobre los proyectos que estamos realizando en la asociación SERBAL:



Para ampliar conocimientos sobre la biología de la especie:



 Para desmentir mitos y leyendas:


foto: Juan Fco. López
Foto: Miguel Angel Dionisio
Foto: Miguel Angel Dionisio

EL SALTADOR, UN HUMEDAL ARRUINADO, FÁCILMENTE RECUPERABLE. Por Ginés Bonillo Martínez

“El Saltador” (Palacés: Zurgena), un humedal arruinado, fácilmente recuperable. Por Ginés Bonillo Martínez.

I. ESPACIO EDÉNICO (PASADO). DESCRIPCIÓN Y VALORES MEDIO AMBIENTALES....
El Saltador se encuentra en la barriada de Palacés, situada en el extremo sureste del término municipal de Zurgena, en el valle del rio Almanzora. Coordenadas geográficas 37º 20’ 232400’’ N, 2º 0’ 299100’’ W. Se trata de un pequeño humedal situado en plena Rambla del Agua, a 1 kilómetros de su desembocadura en el rio Almanzora.

El "Saltaor" un lugar de ecuentro entre los niños de Palacés y la Ermita de La Concepción en décadas pasadas.
     Este humedal consta de una pequeña charca de unos 50 m2 de superficie y 2 m de profundidad máxima, formada al elevarse la roca subálvea y emerger por encima de la arena de la rambla, creando así una pequeña cascada de unos 10 m de anchura y alrededor de 2,50 m de altura, propiciando la formación de otro balsón de agua de dimensiones variables según la acción y las consecuencias de cada avenida torrencial. En la charca de arriba prosperan juncos y aneas, y diversas plantas de escasa altura junto a una estrecha franja de verde grama a modo de pradillo. En el extremo del balsón de abajo crece con vigor un tupido cañaveral. El agua nace unos cientos de metros rambla arriba y corre por entre piedras, baladres (adelfas), masiegas, siscas (ciscas) y otras plantas de rambla. A veces puede llevar más de un cuerpo de agua; la mayoría, dos muñecas o nada aparentemente. Con frecuencia el agua no supera el balsón inferior, sino que se filtra a través del abundante manto de arena que acumulan las avenidas torrenciales unos metros más abajo de la cascada. Pero tanto la charca de arriba como el balsón de abajo siempre mantienen su nivel de agua, sea invierno o verano; aflore el agua y discurra sobre las arenas de la rambla o se proteja bajo ella huyendo del sol abrasador del verano. De ahí el nombre de “Rambla del Agua”, por su presencia permanente en este paraje.
 Han rellenado el humedal para hacer un camino que lo está destruyendo.

    De esta presencia se benefician no solo las numerosas ranas, algunas culebrillas de agua y otros animalejos menores, sino también jabalíes, zorros, tejones, garduñas, liebres, perdices y gran variedad de pájaros que hacen de este humedal un abrevadero vital en un hábitat tan árido e inhóspito. Y, por supuesto el ser humano al saciar desde hace siglos la sed de sus ganados en esta agua constante.
A unos 200 m ladera arriba, el paraje se completa y adorna con un solitario y centenario pino piñonero, que asombra con su tronco de unos dos metros de diámetro en su base y alrededor de 8 metros de altura hasta la cruz, superando 15 metros en total. El aire se perfuma del penetrante aroma del esparto y del tomillo, de la boja (abrótano) y la albaida; y culmina la sensación montaraz de todos los sentidos.
La soledad del campo, la paz y sosiego que se respira, la suave brisa silvestre que acaricia el profuso ramaje del pino se suman al verdor de la vegetación de la rambla y el murmullo del agua con el canto de los colorines (jilgueros), los verderones, chamarices y totovías (cogujadas) que surcan el aire, para crear un paraje tan idílico y sorprendente por inesperado, que rivaliza con los locus amoenus soñados por los poetas más excelsos. Tanto es así y tanto el regocijo que proporciona a la vista y a los sentidos que ha sido desde siempre espacio tradicional de excursiones y meriendas para los vecinos de Palacés y la Ermita de La Concepción. Este estado de cosas se mantuvo virgen e ileso hasta el año 2000 aproximadamente, a pesar de la presencia casi diaria del ser humano en sus inmediaciones.

Lamentable estado actual del humedal "EL SALTAOR" de la Rambla del Agua. ¡¡Hay que recuperarlo!!

II. ESPACIO DETERIORADO (PRESENTE). ACCIÓN DEL HOMBRE Y SU INFLUJO NEFASTO.
En torno al año 2000 la situación cambio de forma drástica, al desviar el ser humano un camino que bordeaba ambas lagunas sin influir hasta entonces en el espacio natural. El desvío de este camino agrícola supuso la invasión de buena parte del humedal, rellenando la laguna superior de arena, piedras y tierra para construir la base del nuevo trazado del camino. A consecuencia de ello, desapareció la pequeña laguna de arriba, que era la más valiosa. La colocación de una capa de hormigón en el talud del camino invasor para defenderlo del embate de las aguas torrenciales, acabó por arruinar el humedal, que ha quedado reducido a la escasa agua que discurre sobre la arena.
La catastrófica avenida torrencial del 28 de septiembre de 2012 provocó, en aparente contradicción, el beneficio de arramblar la parte invasora del camino, haciendo verdad el dicho popular de que cada equis años los ríos sacan sus escrituras. Debido precisamente al destrozo originado por las aguas torrenciales, estas pusieron la base para restaurar la laguna de arriba de forma natural; pero con el arrastre de material (piedras y arena), rellenó parte del cauce inferior a la cascada, quedando está a menos de 1 metro de desnivel.
No obstante los usuarios del camino rural han vuelto a reconstruirlo sobre la laguna. En la actualidad, solo quien recuerde el estado primigenio del humedal es capaz de detectar pequeños restos que atestiguan su riqueza y belleza naturales del pasado.
Mientras que la acción del hombre continúe el mantenimiento del camino sólo con piedras y arena del lugar, la rambla podrá recuperar su espacio cada cierto tiempo, cuando saque sus escrituras.
Pero el temor radica en que en el momento menos pensado alguien, sin solicitar el menor permiso, decida construir el camino sobre una base más firme e indemne a las aguas, aniquilando el humedal de forma definitiva e irreparable.

El salto que antaño tenía varios metros de desnivel ha perdido casi toda su altura.

III. ESPACIO NATURAL RECUPERABLE (FUTURO). ACTIVIDADES DE PROTECCIÓN Y RECUPERACIÓN.
Las actividades de recuperación serían sencillas y sólo requieren dos medidas:
A) Retrotraer el camino invasor, con toda probabilidad ilegal y causa directa del deterioro del humedal, a su trazado inicial.
B) Retirar el material (piedras, arena y tierra) depositado sobre la laguna superior, cegándola por completo, con el objetivo de que se restablezca por sí sola.
No obstante, no debería caerse en el error de esperar que la naturaleza siga su curso en los próximos años, para que las futuras avenidas torrenciales devuelvan al paraje su estado natural; debido a que este procedimiento podría dilatarse varias décadas y no parece recomendable porque, entre otras razones, el camino agresor seguiría siendo utilizado e iría tomando carta de naturaleza.
Para la protección del lugar, que evite nuevas agresiones, habría que conseguir su declaración oficial como espacio natural protegido, recurriendo a los organismos competentes en la materia, como la Consejería de Medio Ambiente.
Se trata de medidas como se ve, sencillas, factibles, poco costosas y de fehaciente eficacia.

¡¡TODOS EL DOMINGO DE LAS MERIENDAS AL SALTADOR, LUCHEMOS POR SU RECUPERACIÓN !!

miércoles, 26 de marzo de 2014

CERRO MINADO... UN LUGAR CON MUCHA HISTORIA... recopilado por Overa Viva

EL CERRO "MINAO" EN LA CUESTA ALTA ES UN LUGAR MINERO MUY IMPORTANTE DESDE MUCHOS SIGLOS ATRÁS... CONOCER NUESTROS LUGARES HISTÓRICOS ES COMENZAR EL CAMINO PARA SU APRECIO Y CONSERVACIÓN.
 











Mina Cuesta Alta (Cerro Minado), Huércal Overa, Almería


Localizado al sur de la localidad de Huércal-Overa, junto a la antigua carretera nacional N-340 se encuentra el yacimiento de cobre-cobalto-níquel de “Cerro Minado”. Citado como lugar de posible aprovechamiento de metales durante el final del Calcolítico y la edad de Bronce, y posteriormente por fenicios, fueron los romanos los que impulsaron su desarrollo. Explotado con titularidad inglesa durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los trabajos en esta época consistieron en recuperar antiguos minados romanos. Las galerías Napoleón y Esperanza y los desmontes de Barris y Marín son de esta época. También se recuperó mineral de alta ley en cobre de las escombreras.

La principal explotación, la mina de “Cerro de la Cuesta” o “Cuesta Alta” es el resultado de la explotación por los ingleses en la primera mitad del siglo XX, con relavados artesanales posteriores de sus escombreras para obtener minerales secundarios de cobre y cobalto como materia prima de talleres cerámicos.

Destaca por una corta muy irregular excavada sobre un paquete dolomítico con mineralización secundaria de cobre, cobalto y níquel que tapiza una intensa red de microfisuras. Aún pueden reconocerse antiguas galerías y socavones en aquellos puntos con bonanzas mineralizadas.

Cerro Minado constituye un yacimiento estratoligado, con una mineralización diseminada e impregnaciones de minerales secundarios de Cu-Co-Ni en el contacto entre una unidad filítica-cuarcítica y una formación carbonatada. Esta morfología y paragénesis se repite en muchos yacimientos de la Cordillera Bética (Oria en Almería y Albuñuelas, Molvízar, Almuñecar, Lanjarón, Guajar-Fondón, etc., en Granada)

A la mina se accede por un camino ascendente de tierra que arranca en el p.k. 551 de la N-340a, que en ocasiones se encuentra cerrado con cadenas.


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Coordenadas: x 0592630 y 4136734
Incluimos KMZ por si deseas acceder al yacimiento vía Google Earth.

domingo, 23 de marzo de 2014

AQUELLAS ERAS DE TRILLAR. Por Salvador Navarro Fernández


ERA ERA Y SE VOLVIÓ BANCAL

                (dicho popular de Overa)


No te esparranches, María

En el filo de la era,

Que el demonio del polvillo

Se cuela por donde quiera.

                                  (canción popular canaria)
“En las siembras y en la trilla, el amor con zancadilla”.(refrán popular)
  Las eras de mi aldea, fueron centros de actividad permanente en verano con ocasión de la trilla, y lo eran también de contacto social entre niños y jóvenes al caer la tarde y entrar la noche. Era la parva nuestro centro de diversión, cuando todavía no había pasado por encima de ella demasiadas veces la yunta de mulas o de burras, primero, pisando simplemente los haces deshechos sobre la era; después,  arrastrando el cilindro a las órdenes del auriga, el  conductor, que luego cambiaba al trillo para triturar el tallo del trigo o la cebada hasta separar el grano de la paja. Era el lugar ideal donde tumbarse o darse volteretas los críos, individualmente o por parejas  (si la voltereta era por parejas, se echaba uno boca arriba con las palmas de las manos abiertas en las que apoyaba el otro sus pies mientras el primero aplicaba los propios en el abdomen del compañero, que era lanzado con toda la fuerza que el “tumbado” podía acumular con ambas piernas).
“El que en verano no trilla, en invierno no come” (Refrán popular)
     En las eras perdíamos el tiempo soberanamente, llenándonos  del polvo que desprendían los tallos de trigo fragmentados en paja. Aquella, era nuestra televisión sin tele en la casa, nuestro cine sin cine, nuestras clases de sociales y de naturales al aire libre, auténticamente libre. Allí nacieron o reforzaron las infantiles amistades. Las acequias fueron nuestros cuartos de baño casi naturales, el mejor modo de aliviarnos del picor de la parva y del sudor provocado por el juego sin límite de tiempo ni de esfuerzo, hasta que éramos llamados por los familiares porque ya era hora de comer o de recogerse.
Aventando
      La era del tío Nicolás, la era del nicho (así llamada porque alguna vez hubo junto a ella la imagen de algún santo en un mínimo templete u hornacina), la era del horno, la era del Pérez, la de Alonso Gaspar, la de La Ermita, la de los Molinas, la era del Niño Antonio, la de la Iglesia, la era de los Martínez, fueron escenario de faenas agrícolas hoy desaparecidas a causa, primero de la mecanización y después por el cambio de cultivos experimentado en Overa.
      Fueron lugar de socialización de nuestra infancia, de juegos, amistades y enemistades. Lugar de colaboración vecinal a la hora de traer los haces, trillar, dar la vuelta a la parva, aventar, recoger el grano, llenar de paja tosiendo por el polvo y acarrear los “jarpiles” (contenedores para paja, hechos de guita de esparto)  hasta el pajar, subirlos con ayuda de la garrucha si la risa y las bromas lo permitían, y vaciarlos. Lugar de adiestramiento y diversión de los críos a quienes se permitía iniciarse en la conducción de la yunta dando vueltas a la era.   

       Tó aquer que trilla con burras,

       y a tó comer, come bollo,

       se muere y se va a la gloria

        qu’aquí pasó er purgatorio.

                                 (del acervo popular murciano)
El carro fue durante siglos el vehículo ideal para llevar la mies a la era.
   Hoy, convertidas en plazas de recreo y ocio permanente, sólo con las gafas del recuerdo se puede divisar al mozo diestro arreando a las mulas subido en el trillo, látigo en mano, levemente inclinado hacia el centro de la era para mantener el equilibrio en contra de la fuerza centrífuga que el giro originaba, y se puede percibir con el olfato de la imaginación el olor a mies recién triturada, semejante al penetrante perfume de Heno de Pravia. Los hijos de Alonso eran los más ágiles aurigas de las eras, conduciendo a una velocidad endiablada las mulas en la trilla.

“En agosto trilla el perezoso”. (refrán popular)
    Como las casas no disponían de sistema de refrigeración, no era raro que el dueño de la parva pasara la noche o parte de ella durmiendo en la  era, evitando así también algún posible hurto de mies, que de todo pasaba, matando dos pájaros de un tiro.
    La operación de volver la parva para que los tallos fueran triturados por igual, se hacía con las horcas, sacadas de ramas de almez, secas, con forma de tenedor, de poco peso y muy prácticas para este menester. En todas las casas había al menos una, pues tenían distintas utilidades
    Para aventar se usaban conjuntamente la horca y la pala, ligeramente curva, de madera de pino o de chopo, lanzando el grano y la paja juntos al aire cuando soplaba el viento de poniente suficientemente fuerte como para que se separaran ambos elementos.
     Las granzas se separaban del grano sirviéndose del garbillo, después de aventar para separar la paja basta, y eliminar elementos desechables.
     Darle la vuelta a la parva, subirse en el trillo cuando ya estaba bastante trillada, echarse en ella, tan suave y espaciosa, fue una delicia en aquellas tardes de julio y de agosto, sin más preocupación que agotar todas las posibilidades de diversión que tan sencillo escenario ofrecía.
Diego Díaz, su nieta Flor y la burra Lucera años 60. La Concepción (Overa)
       Bueno…, sencillo… sólo en apariencia. Conocíamos al milímetro todos los rincones de nuestra aldea, todas las piedras en que no tropezar, todas las plantas espinosas que evitar, todos los aromas que aspirar de las múltiples especies de la flora local, cultivada o silvestre: Mancaperros de terribles y dolorosos pinchazos (eran los abrojos o aperi oculus ¡abre- ojo! Porque si no te fijas, ya verás qué dolor cuando los pises),  similares a los de los cardos borriqueros, si bien de las pencas de estos se  podía obtener exiguo pero sabroso alimento lejanamente parecido al de las alcachofas o alcauciles, de sus pétalos punzantes;  malvas, de frutos en forma de panecillos comestibles; los  lastones de tierno tallo sabroso; siscas de filo cortante pero útiles en el secado de tomates y pimientos al sol;
 
Nicotiana glauca o tabaco moruno; en Overa, gandul, por lo inconsistente de su tronco

“gandules” de hoja curativa tras separarles la película que cubría la parte más carnosa de ella; las cañas, que criaban una especie de apósito dentro de cada canuto, usados para cortar la hemorragia, la sangre de las frecuentes heridas muchas veces causadas al fabricar nuestras escopetas de caña, tan certeras en su disparo; 
 
Escopeta de caña. Uno de los juguetes preferidos de nuestra niñez.
Cañares de Overa a la orilla de la boquera.

amapolas rojinegras de simple adorno ornamental; las campanillas violeta de dulce néctar,  inflables para hacer explotar en la frente de las amigas; aborrecibles amores de hortelano productores de escozor irritante;
Agrillos (oxalis pes capra)
                                
agrillos o vinagretas para chupar; aromática como ninguna, la alábega o albahaca de los caballones en los bancales de alfalfa; tallos de cebada tierna, comestibles y dulces; manzanilla de penetrante aroma y poderoso efecto relajante; hinojos imposibles de distinguir entre el sabor y el olor, a cuál mejor; habas de inigualable sabor,  y sus hijas las tabillas ( ¿o eran sus madres?) en ensalada de aceite sal y vinagre, divinos; rábanos ineludibles en las migas; los pimientos olorosos cuando tiernos, sabrosísimos en el guiso si estaban asados y secos; tomates de mucha miel, 
Divinos tomates  (solanum lycopersicum)
sazonados y con inconfundible perfume azufrado, de ensalada inigualable en temporada y de sabia combinación con el pimiento asado, si, fuera de época y deshidratado al sol, se añadía a la cazuela, aunque no llevara carne, sino las simples patatas;  picantes ajos, cebollas y guindillas; los incomparables pimientos “coloraos” fritos para las migas con tajadas y caldo, o como ingrediente condimentario en el “ajo colorao”, al igual que las alcachofas sabrosas; el oloroso tomillo de la Sierrecica; el laurel aromático; la hierbabuena eterna;  la alzabara de soberbio penacho floral, el pitón con sus manotas, festoneada de espinas y rematada en punzón para el bordado en el bastidor de las mozas; el malísimo y venenoso baladre (más malo que…) conocido por su presunción estética, por sus baladronadas;  y sus parientes las tueras, más amargas que ellas mismas, etcétera.
Nerium oleander, adelfa; entre nosotros, baladre. 
     Los frutales eran la base de la alimentación vegetal junto a las verduras, más que la legumbres, aunque no eran infrecuentes los ricos garbanzos combinados con acelgas o hinojos en el potaje, o las habichuelas, las foráneas, sencillas judías.  Desde los humildes aunque dulces higos y brevas hasta la jugosa naranja; los carnosos albaricoques; las ácidas peretas y mandarinas; las almibaradas peras, las rojísimas granadas; los ásperos membrillos y níspolas; las tintas moras; las exquisitas nueces y los “alatones” cerbataneros; las viníferas  uvas o los soberbios racimos del parral para la mesa, y las ciruelas; las olivas de echar o para aceite; Los dulces dátiles derribados a pedradas de las altísimas celestes palmeras; las brevas de San Juan y los higos pajareros. Y el pan. ¡Qué pan, Dios mío!, hecho en la casa y cocido semanalmente en el horno de leña…!

Opuntia ficus indica, chumbera; para nosotros, palera. Hoy atacada por una plaga muy dañina.
     Igualmente los higos chumbos de comer con mesura; los melones puros  y los melones de agua (…pepitas negras)  de refrescar en el río el día de la Virgen de Agosto, en familia. No hay manjar más bueno.
Melón de agua  (sindiyya, citrullus vulgaris), pepitas negras.
     Y la compota y mermelada de membrillo o de ciruelas; y la miel de Overa. ¿Se puede pedir más? Sí: el pan de higo con almendras y piñones, y las guindas y uvas escarchadas que hacía mi Madre Lola, mi abuela.
    Otras veces, las menos, las eras eran espacio habilitado para desperfollar el maíz panizo (‘panizo’ porque podía sustituir al trigo en su función de materia prima del pan, aunque en forma de tortas). Pero esta operación de limpieza de la panocha (‘panocha’ está también etimológicamente vinculada a ‘pan’) solía hacerse en un local techado, igual que la operación de desgranar panizo. En este caso, si no había máquina de desgranar haciendo girar manualmente un disco con topecillos dentro de una especie de embudo, se frotaban dos mazorcas entre sí, o un gabilondo contra una panocha por desgranar, o se empleaba la “armará”, instrumento utilizado en el cosido de la pleita. A veces aparecía un grano de color rojo entre todos los demás de color amarillo, que permitía al descubridor dar un pellizco a la moza que eligiera. Como premio mayor, si aparecía la totalidad de la panocha de color rojo, el que la encontraba tenía derecho a besos en lugar de pellizcos.
  Panochas con premio
Gabilondos
          
El grano de maíz se empleaba básicamente para alimentar animales: las gallinas ponedoras y los pollos para sacrificarlos en las fiestas, o venderlos; los cerdos para engordarlos con vistas a la matanza anual de diciembre…, pero también era frecuente su uso en harina para migas, las de “harina panizo”, aunque no tanto como las de harina de trigo. En esta época del año las muelas, las ruedas del molino de Jorge, en el Río, trabajaban intensivamente.  
   Panocha emperifollada
     La perfolla (‘peri folia’, hojas de alrededor de la panocha, como moza emperifollada) de menor dureza, las más delicadas y suaves servían para rellenar humildes colchones, de uso más o menos frecuente en mi aldea, cuando la cantidad de lana disponible no era suficiente para tal fin. Dormir sobre un colchón de aquel relleno preparaba a uno para las penalidades de la vida futura si entre las hojas se había incluído algún “pizorro” o base del cáliz de la flor de la que formaban parte los pétalos o perfolla, y la mazorca su fruto, y se te hincaba en el costado durante el sueño. Pero… ¡qué   digo! ¡Ojalá volvieran esos tiempos y sus incomodidades…!
La antigua Era del Horno en Los Menas (Overa), hoy convertida en plaza pública.
      Hoy en la “Plaza Mayor” o era de la Iglesia, o en las otras “plazas” de Overa, están ausentes las “bestias” que nos distrajeron y entretuvieron tanto; no golpean "las pezuñas" de las mulas ni hay sudor en su piel del esfuerzo realizado; no se ve la burra vieja de antaño trillar a ritmo lento al grito de “¡arre, burra!” lanzado por el vecino, impaciente por terminar la faena. Hay gente viendo la tele en las casas aledañas a la era o a la “plaza”. ¡Qué sea buena la cosecha!
Aquellas eras de trillar. Fondo documental de Overa Viva


                                                                                     © Salvador Navarro Fernández

           * VÍDEO DE LA VIDA EN LA ERMITA DE LA CONCEPCIÓN A FINALES DE LOS AÑOS 50. MAGNÍFICAS IMAGENES DE TODO EL PROCESO DE LA TRILLA EN LA ERA DE LA PUERTA DE LA ERMITA... Pulsa este enlace: http://youtu.be/wwNottF6_gM?t=3m

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